Opera oberta (II)... y subiendo

Pues esta semana hemos podido asistir a la transmisión en directo de la segunda ópera de la temporada. Simón BocaNegra.

Después de la desbandada de mi amigo Mocho, le tenía yo un poco de miedo, que le vamos a hacer... Así que no iba yo de muy buena gana. Me tragué la clase previa (20 minutillos en los que te cuentan el argumento, y te hablan de los cantantes, del director o del concepto estético del montaje) y la cosa iba adquiriendo buena pinta. Pero a pesar de todo no pude reprimir varias cabezadas durante el prólogo. (o estaba mal resuelto dramatúrgicamente el montaje o es que al amigo Verdi se le escapó de las manos... no sé por que andaba de duermevela) Pero al comenzar el primer acto la cosa cambió y empecé a sentirme fuertemente interesado por aquello que estaba viendo.

La verdad es que la historia no es precisamente una virguería. Entre que la historia de amor queda en segundo plano, que los intentos de traición tampoco son muy "originales" y que se mezcla todo en una coctelera un tanto ligth... pues resulta una historia un tanto sosita. eso si... al menos no es larga.Tampoco es que musicalmente me vuelva loco. Verdi sabía hacer bien su trabajo y todo funciona... pero a años luz de otras de sus obras que incluso SOLO con alguno de sus pasajes musicales ya valen la pena

El cubo de puertas y paredes cristalinas que servía de marco a la acción me atraía cada vez más. y la acción se desarrollaba con bastante soltura entre aquel damero de cristales que recogían la iluminación para tornarse azules como el mar o rojos como el interior del palacio del Dogo. Abriendo y cerrando, subiendo y bajando, con luz y en penumbra... Una de esas escenografías que a mi tanto me gustan!... jejejeje

De voces pues... Pues más o menos bien: Alberto Gazale como Simón Bocanegra me gustó mucho. quizás un poco contenido en algunos pasajes... pero muy competente. La pareja de tortolitos interpretada por Barbara Haveman y Aquiles machado estuvo estupenda... aunque mejor ella que él (no puedo dejar de ver a Juan Echanove en cada plano del Aquiles Machado... y eso le quita mucha credibilidad). Carlos Bergasa como el malo malísimo del Paolo lo bordó... (Si, tengo debilidad por los malos... es mi carácter) y el resto del reparto estuvo correcto. Como siempre los coros del Liceu espléndidos.

“My name is Harvey Milk, and I’m here to recruit you”

Pues si, huele a Oscar para el señor Penn.

La peli es un bonito biopic que a pesar de ser hagiográfico cien por cien (parece que este señor fuera santa Ursulina de todos los pobrecillos necesitados), cumple a la perfección con su cometido. La historia, quizás poco conocida en estos lugares (ya se sabe... en esas fechas en este país teníamos otros problemas de los que ocuparnos) se centra en los últimos 8 años de vida del señor Milk (que mala leche apellidarse Leche) Desde que sale de New York y de su armario particular y recala en San Francisco, que por aquel entonces era ciudad prodigiosa pero no la meca de los prodigios. Nos cuenta como se va formando y conformando el celeberrimo barrio de Castro (el primer Chueca mundial) y como no solo de bares, saunas y cuartos oscuros viven las maricas. La primera parte de la cinta se centra en la llegada a San Francisco (por cierto que alguien les cuente a los americanitos que antes que Irlandesa SF fue Española y que de ahí le viene el nombre) y las diferentes campañas electorales a las que se presenta. La segunda se centra en el último año de vida y la desaforada lucha por los derechos gays.

Gus van Sant se reinventa a si mismo y crea una película a mitad de camino entre el lenguaje del documental, el bio-pic y la recreación de época. Nunca sabes muy bien si las imágenes que estas viendo pertenecen a algún archivo histórico o están filmadas para la ocasión.

En resumen: Me gustó la peli que se puede resumir en algo así como "si quieres peces mójate el culo" o en aquello de "si ves que a tu vecino le quitan los derechos y no haces nada no protestes cuando te los quiten a ti!... ¿De que me sonara?